Psicólogo en Granollers (Col. 24842)

poner límites a los demás

5 Consejos para Empezar a Poner Límites a los Demás

Es importante establecer límites claros con las personas comunicando nuestras necesidades y expectativas de manera respetuosa. Los límites nos permiten mantener una relación saludable y equilibrada, evitando que los demás puedan llegar a abusar de nosotros. Aunque al principio sea difícil, podemos establecer relaciones más positivas y gratificantes con práctica y persistencia.

La dificultad de poner límites a los demás está directamente relacionada con sentimientos de inseguridad y falta de confianza en uno mismo.

Este tipo de sentimientos también suelen venir acompañados por otros, como la baja autoestima.

Si tú te sientes así, lo primero que me gustaría es que pudieses detectar si te sientes culpable por tener estos sentimientos. Si es así, quiero decirte una cosa:

Entiendo muy bien que te sientas culpable por ello, que pienses que es de débiles o a lo mejor de cobardes sentirse así. Entiendo que la sociedad suele estigmatizar este tipo de sentimientos y eso genera más carga en ti. Pero también me gustaría decirte que tú no has decidido sentirte de esa manera ni eres débil o fracasado al no conseguir que desaparezcan.

Existen motivos, que no dependen de ti, que hacen que te sientas de esta maneraEstos motivos tienen tanto peso y tanta influencia en ti, que esta más que justificado que te cueste tanto hacerlos desaparecer.

Dicho todo esto, en este artículo me gustaría compartir contigo consejos simples para que puedas empezar a poner límites a los demás teniendo en cuenta que estas actuaciones suelen generar mucho nerviosismo a las personas que no están acostumbradas a hacerlo.

¿Por qué no puedes poner límites a los demás?

Si te cuesta mucho poner límites a los demás, acostumbra a ser porque no estás poniendo el límite usando la fuerza y la coherencia de una persona adulta. Te lo explico:  

Como ya te he dicho antes, la dificultad de poner límites se relaciona con sentimientos de inseguridad y vulnerabilidad y estos, muchas veces, vienen de la mano de sentirse un niño pequeño siendo adulto.

Sería algo así como si el niño que llevamos dentro estuviese intentando poner un límite a un adulto y se le hace una montaña.

En este sentido, puede pasar que sintamos miedo de que la otra persona se enfade con nosotros, o de pensar que nos va a dejar de hablar o que perderemos la relación con él.

También puede pasar, sobre todo en los límites físicos, que llegues a sentir tu cuerpo débil y tembloroso… como si el cuerpo no fuese suficientemente sólido para poner y sostener ese límite.

Todo esto de que te hablo acostumbra a tener que ver con lo que te he comentado antes de sentir que es ese niño interno el que siente que tiene que estar poniendo esos límites.

poner límites a los demás

Cuando ha existido una situación traumática:

Con esto que voy a escribir ahora, no quiero que pienses que, si te cuesta poner límites a los demás, es porque existe algún trauma escondido que lo justifique.

Si existe alguna situación real en tu vida en donde intentaste poner un límite, pero no pudiste sostenerlo porque tu integridad física o psíquica peligraba (interpretaste que tu vida corría peligro si tratabas de mantener ese límite), lo que comente en el siguiente apartado posiblemente no tenga sentido para ti.

Es más que probable que esa situación del pasado sobrepasase todas tus capacidades de protección y autocuidado y llegases a colapsarte. En este caso, antes de empezar a poner límites a los demás, necesitas hacer un trabajo previo para integrar esa situación.

Teniendo en cuenta esto, yo te recomiendo que te pongas en contacto conmigo para que te pueda explicar cómo poder hacerlo.

Consejos para empezar a poner límites a los demás

Poner límites usando mensajes conciliadores

Probablemente esto que te voy a decir pueda ser bueno aplicarlo a todo tipo de relaciones. De todas maneras, donde sí es vital aplicarlo es en las relaciones cercanas, donde hay un vínculo que te interesa conservar.

En caso de que necesites poner límites a tu pareja, tus hijos, tus padres, algún amigo o compañero de trabajo, trata de utilizar mensajes conciliadores.

Empieza explicando por qué pones ese límites, a partir de tus necesidades, como que ese límites es algo muy necesario para ti.

La forma contraria sería justificar el límite a partir de acusaciones a la otra persona. No estoy diciendo que esto sea una forma errónea de poner límites, pero, sin duda, sí que es mucho más contundente y puede dañar la relación o demandarte mucha más seguridad por tu parte.

Un ejemplo de esto que te comento sería algo así:

En el primer caso: “cuando utilices mi mesa de trabajo, déjala ordenada como estaba (este es el límite). Necesito tener cierto orden para no perder la concentración”.

En el segundo caso quedaría algo así como: “cuando utilices mi mesa de trabajo, déjala ordenada como estaba. Siempre lo dejas todo desordenado”.

Esta forma de comunicación, también se llama: Usar “mensajes Yo”, en vez de “mensajes Tú”.

Concentrarse en la tensión corporal si hay que poner un límite físico

Sin duda alguna, poner un límite físicamente siempre es más amenazador que hacerlo de forma verbal.

De todas maneras, hay veces que las palabras no son suficientes y es necesario parar físicamente a alguien si sientes que se está sobrepasando.

No estoy hablando necesariamente de parar una agresión. A veces hay personas que traspasan nuestros espacios personales y necesitan que les paremos físicamente.

Si tú también sientes esta necesidad, es importante que puedas notar el tono muscular de tu brazo cuando tratas de parar a alguien. En caso de que notes que tiemblas mucho o notes débil tu brazo puede ser bueno hacer algunos ejercicios de tensión muscular como “entrenamiento”.

poner límites a los demás

Esto que te comento no va enfocado a fortalecer el brazo, sino a sentir de forma consciente la tensión de tu brazo y de cómo puedes tensarlo y destensarlo de forma voluntaria (esto te dará mucha más seguridad que notar que tu brazo tiembla y se queda sin tono).

Centrarte en poner límites a los demás que puedas sostener

No tiene mucho sentido tratar de poner límites en situaciones que sean demasiado abrumadoras para ti.

Es importante que seas capaz de poner el límite, pero más importante, para que este tenga sentido, que seas capaz de mantenerlo a lo largo del tiempo o, al menos, del momento que dure la interacción con la otra persona.

Si no eres capaz de sostener el límite, mejor no lo pongas… siendo consciente de que lo haces por ese motivo. De lo contrario es posible que únicamente añadas frustración a tus sentimientos de inseguridad y más dificultad para poner límites en otras situaciones.

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Practica con las personas que sientas que son más cercanas

También es cierto que muchas veces, con personas que son cercanas y agradables con nosotros solemos ser más transigentes que con personas que son menos respetuosas.

Con esto quiero decir que nos suele importar mucho menos que alguien que es agradable y cercano haga algo, sin darse cuenta, que nos pueda molestar.

Puedes aprender a poner límites de forma segura con este tipo de personas, siempre recibirás una respuesta mucho más amigable de ellas que con las del otro grupo.

En este sentido, también podrás aprender a “medirte” en la expresión. Se pueden poner límites de una forma muy respetuosa, sin ofender al otro ni hacerle pasar un mal momento.

Esto se llama ser Asertivo y te dejo por aquí un enlace a una web que habla mucho sobre este tema: https://habilidadsocial.com/asertividad-10-claves/

La perseverancia es importante

A parte de sostener el límite durante el tiempo que dura la interacción con el otro, también es importante ser constante y mostrar que el límite que pusiste un día puedes volverlo a poner al día siguiente si se mantienen las conductas que te empujaron a poner ese límite.

Con esto, le estás diciendo a la otra persona, que no eres “traspasable”, que tus barreras no tienen fisuras y que hay firmeza en tu forma de actuar.

Esto, que aparentemente puede generar tensión en el otro, en el fondo creo que puede ayudar a relajarlo, ya que acaba entendiendo el mensaje y dándose cuenta de que con esa forma de funcionar no logrará obtener lo que quiere de ti.

Dejar de intentarlo y darse por vencido también es una forma de relajarse y descansar.

Cuando no eres constante poniendo límites a la misma conducta, lo que se genera en el otro es mucha confusión (Ahora no quiere, ahora sí quiere… etc.)

Así que no te preocupes por la otra persona y sigue manteniendo esos límites bien puestos, y al final acabará extinguiendo o cambiando sus maneras de actuar contigo.

Conclusiones

Si tienes dificultad para poner límites a los demás, espero que estos sencillos consejos te hayan ayudado a entender que es posible empezar a practicar esto de los límites sin que tengas que exponerte a situaciones que sean demasiado abrumadoras para ti.

Aunque los sentimientos de inseguridad y poca confianza expliquen esa dificultad de poner límites a los demás, si vas practicando como te digo, verás como la confianza en ti irá creciendo y vivirás esos retos con mayor seguridad.

Para acabar, me gustaría saber si esto que escribo genera alguna duda en ti. Si es así, puedes preguntarme lo que necesites usando la caja de comentarios que hay un poco más abajo o si prefieres un contacto más privado, puedes escribirme a mi correo electrónico: hola@tristezaenpositivo.com

Mucho ánimo en tu camino, y gracias por leerme.  

No sé si mis dos hemisferios cerebrales están en sintonía o se tiran de los pelos: por un lado me interesa la información científica sobre el comportamiento humano y por el otro también me fascina hablar de espiritualidad y de los tránsitos que realiza el alma durante toda su existencia. Espero que el contenido que publico como poco no te deje indiferente. 

Descárgate AQUÍ mi Guia Gratuita con un ejercicio para empezar a entender el origen de tus sentimientos de inseguridad y frustración.

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Si te sientes débil y vulnerable desde hace tiempo, con esta guía empezarás a superar estos sentimientos.

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