El maltrato psicológico en la pareja no es algo nuevo. Formas de maltrato psicológico se han ido perpetrando casi desde el inicio de los tiempos.
Sin ir muy lejos, en 1 o 2 generaciones anteriores a la nuestra, había mucho maltrato psicológico y físico encubierto, dándose por hecho que eso era algo que formaba parte de la intimidad de la pareja y no era incumbencia de nadie, así que no se debía explicar.
Incluso, en la actualidad, se siguen tolerando diversas formas de maltrato: https://elpais.com/sociedad/2014/06/03/actualidad/1401798671_048064.html#
Muchas mujeres y menos hombres han sufrido maltrato psicológico en la pareja y lo han hecho en silencio. Aunque sigue pasando, se insta a las personas a denunciarlo, porque es la única manera que tiene la persona de acabar con esta situación.
He escrito este artículo con el ánimo de ayudar a las personas a que se den cuenta de si están viviendo una situación de maltrato psicológico en la pareja y que puedan hacer algo al respecto.
Si al final consideras que te encuentras sufriendo esta situación, espero que el artículo te ayude a movilizarte y mejorar tu situación.
Indicadores para detectar maltrato psicológico en la pareja
En este apartado me gustaría compartir contigo algunas conductas típicas del otro miembro, que podrían ser generadoras de maltrato psicológico.
En términos generales, el maltrato psicológico es un intento de dominar al otro para obtener un beneficio.
Aunque en el siguiente apartado ampliaré más este concepto, quería dejar claro que considero bastante importante el concepto de “doble víctima”.
La persona que sufre el maltrato de su pareja es víctima de estas actuaciones, de eso no hay duda. La persona que actúa como maltratadora, también es víctima de su ignorancia al no darse cuenta de lo que pasa dentro de ella para actuar de esa forma.
La persona que maltrata tiene la opción de negar todo lo que hace y seguir haciendo daño o puede darse cuenta de que sus acciones hacen daño, reconocerlo delante de su pareja, pero no ser capaz de cambiar de actitud.
Creo que esta distinción puede ser importante tenerla en cuenta si la intención de la pareja es el de trabajar para conseguir un estilo de relación más sano y duradero.
Dicho esto, vamos a ver esos indicadores:
Autoritarismo e intolerancia
La persona que maltrata a su pareja no admite diferencias de criterio.
Cualquier cosa tiene que hacerse a su manera y no aceptará opiniones contrarias y, mucho menos, acciones diferentes de las que él o ella propone.
La forma de ser autoritaria se lleva al extremo mostrando una elevada inflexibilidad.
Dentro de la relación, todo se hará como la persona diga y no habrá opción de que la pareja pueda opinar lo contrario.
Fuera de la relación la persona maltratadora tratará de aislar a su pareja. Intentará impedir que esta quede con sus amistades, del mismo sexo o del sexo contrario. En casos muy extremos, puede tratar de aislar a su pareja hasta de su familia.
Este tipo de funcionamiento lleva consigo un comportamiento violento. Estas personas son muy agresivas hablando, gesticulando y pueden llegar a golpear las paredes o los muebles cercanos.
La agresión física suele ser un límite para estas personas. El maltrato que ejercen siempre será psicológico, sin llegar a pegar; ya que, si así fuese, estaríamos delante de un tipo diferente de persona.
Seducción como forma de engaño
La seducción en sí misma no es un mecanismo negativo siempre y cuando no haya engaño de por medio.
Cuando alguien seduce a otra persona, trata de sacar partido a sus cualidades positivas tapando un poco lo que uno considera como negativo o que puede generar rechazo.
Todos, en mayor o menor medida, hemos usado esta estrategia para atraer al otro.
El problema surge, cuando hay una actitud deliberada de manipulación sobre el otro o tratar de engañarlo, inventando cualidades positivas que no existen.
Cuando la realidad golpea, lo hace duramente. La persona engañada puede llegar a entrar en estado de shock cuando el otro muestra su “verdadera cara”. Es como si fuese una persona totalmente distinta, ya que todo lo otro que mostraba inicialmente era artificial.
Cambios repentinos y bruscos en el estado de ánimo
Una persona que maltrata puede pasar rápidamente de estados de euforia a estados de ira descontrolada.
Aparentemente no hay motivo que justifique estos cambios repentinos de humor, generando mucha confusión en la pareja.
La pareja es fácil que desarrolle un elevado estado de estrés e indefensión al no saber cómo actuar.
Probablemente estos cambios desconcertantes de humor sean una estrategia para ejercer el control. Al generar un estado de indefensión en el otro, el otro no sabe qué hacer para que su pareja no se moleste y acaba por no hacer nada entrando en un estado de sumisión total.
Poseen un mascara de seguridad y fortaleza
Pueden parecer muy seguros hablando y dar la impresión de que son personas fuerte. En realidad, esto no es más que una fachada o una defensa que los protege de sentimientos de baja autoestima y de falta de confianza en ellos mismos de los que puede que no sean del todo conscientes.
Una manera de darte cuenta de si lo que el otro siente es verdadera seguridad en sí mismo y no es que lleva puesta una careta para esconder sus debilidades, es la capacidad de ayuda que puedan llegar a tener.
Si tu pareja te habla desde una postura de seguridad y fortaleza, y a la vez, utiliza esta forma de ser para ayudarte (como una figura de sostén) probablemente sean sentimientos reales y legítimos.
Bajo control emocional y escaso autoconocimiento
Emociones como la Rabia o la Tristeza, pueden llevarte a comportarte de formas muy descontroladas.
Ni es bueno bloquear estos estados emocionales, ni tampoco lo es el dejarse llevar por ellos como si fueses en un coche sin frenos.
Las emociones no pueden anular a la persona. Por ejemplo: uno puede sentir rabia y mostrarla. Esto no es un problema siempre y cuando la persona sea dueña de sí misma y sea capaz de manejar estos estados, como seres racionales que también somos.
Para lograr hacer esto y también para lograr mostrar seguridad y fortaleza sin dominar al otro, es necesario conocerse a uno mismo.
Las personas maltratadoras tienen un bajo conocimiento de ellos mismos. Es por eso por lo que se dejan llevar por sus estados emocionales sin control y por lo que muestran una falsa sensación de seguridad en ellos mismos.
Ojo. Esto también es cierto y real en personas que alardean de haber hecho mucho trabajo interior y de estar muy evolucionadas emocionalmente. Si no hay ni una sombra de empatía, ni una mínima actitud de ayuda… todo esto es pura fachada.
La crueldad y la falta de empatía agravan la situación
Esto tiene mucho que ver con lo que decía al principio del apartado sobre el papel de “la doble víctima”.
No es lo mismo reconocer esta forma de actuar, darte cuenta de por qué lo haces y a la vez ser incapaz de controlarlo, que actuar movido por la crueldad, empujando las formas de maltrato hasta sus últimas consecuencias, sin que haya un atisbo de arrepentimiento.
El fondo es el mismo: una baja autoestima y falta de confianza brutal, pero en el primer caso sí que hay algo de autoconocimiento ya que la persona se da cuenta. En el primer caso también hay posibilidad de trabajo para que se den cambios en la relación de pareja o en relaciones posteriores.
En el segundo caso no existe eso y no hay mucho que hacer, la verdad. El sistema de defensa en esta persona es tan fuerte, que raras veces cederá y dejará a la persona de frente con una verdad imposible de sostener.
Son muy controladoras
Debido a su baja seguridad y falta de autoestima, la persona que maltrata necesitará controlar al otro miembro de la pareja para sentirse mejor y más seguro.
El control debe tiene que ser asfixiante, hasta el punto de anular completamente al otro.
Hay personas con un funcionamiento un tanto obsesivo, que necesitan notar que lo externo está “en orden” para sentir paz y tranquilidad. Estas personas tratarán de controlar a sus parejas para mantener ese orden, pero el control no será anulador. Probablemente las dejarán tranquilas fuera de casa, no les importará que queden con tal o cual persona, o podrán hacer “concesiones” dentro de casa.
El control de la persona que maltrata es muy diferente porque trata de anular y someter completamente a su pareja.
El control es total y acaba devastando la estructura emocional y mental del otro miembro.
¿Qué puede estar pasando en ti para favorecer una situación de maltrato en la pareja?
Antes de continuar, me gustaría dejar claro que nadie, sin ninguna excepción, merece ser víctima de maltrato. Es algo absolutamente inconcebible.
Dejando esto claro, quiero comentar que, igual que existe un perfil para el maltratador, también suele existir un perfil para la persona que es víctima de maltrato.
Existen muchos clientes, sobre todo mujeres, que explican que han sido víctimas de maltrato en diferentes relaciones de pareja que han tenido. Comentan algo así como: “parece que atraigo a los maltratadores”.
Creo que es importante tener esto en cuenta para que la persona que es víctima pueda realizar cambios para dejar de atraer a esos perfiles a sus relaciones.
Aunque probablemente haya más, hablaré de 2 aspectos para no alargar demasiado el artículo.
No escuchar las recomendaciones de tu guía interno
Como he comentado más arriba, las personas maltratadoras que se muestran crueles y poco empáticos utilizarán el engaño elevado al máximo para seducir a su pareja.
Se mostrarán como príncipes y princesas azules sacadas de las películas de Disney.
Esto puede encandilar a cualquiera, es verdad. Si existe algo de baja autoestima o la falta de figuras de referencia del sexo contrario que hayan ofrecido seguridad en épocas tempranas aun es más fácil caer en estos engaños.
De todas maneras, el ser humano es muy inteligente y siempre tiende a la supervivencia. En este sentido, es muy probable que haya algo dentro de la persona que esté dando avisos de que algo no acaba de cuadrar.
Desoír esa voz interna que advierte, puede ser uno de los motivos que acabe haciendo que la persona caiga siendo víctima de maltrato.
Si esa voz interna es silenciada, tiende a desaparecer. Cuando la persona se da cuenta ya suele tarde y difícil para ella tirar hacia atrás y salir de esa relación.
A partir de aquí, probablemente la persona maltratadora utilice las amenazas y la violencia para dominar al otro. Para la persona que se siente víctima, abandonar a su pareja o tratar de pararle los pies, podría representar un peligro real.
La sumisión y la complacencia llevada al extremo
Hay personas que, debido a sus heridas de apego con sus figuras de referencia en épocas tempranas de su desarrollo, pueden acabar generando un carácter basado en la sumisión y la complacencia.
Si este funcionamiento se lleva al extremo en dónde únicamente existe sometimiento y servidumbre sin que exista la posibilidad de poner límites al otro, puede favorecer actitudes maltratadoras en el otro, sobre todo si el otro miembro tiene problemas de inseguridad emocional o falta de autoestima.
Es como si hubiese un campo fértil para adormecer esas emociones de inseguridad y baja autoestima sometiendo a su pareja. Como la pareja no pone límites y se somete, pues se acaba instaurando este tipo de relación.
Conclusiones
El maltrato psicológico en la pareja es cosa de dos. Ponerse en manos de un profesional de la psicoterapia puede beneficiar tanto al que ejerce el papel de maltratador como a la persona que se siente víctima de maltrato.
En ambos casos es necesario que haya un “darse cuenta” de lo que está pasando.
No existe agresor sin víctima. En realidad, hay 2 víctimas, cada uno con sus problemáticas psicológicas a flor de piel (excepto en los casos que exista violencia física o que el maltratador psicológico utilice la crueldad y el ensañamiento para dominar y no exista arrepentimiento real).
Espero que este artículo te haya ayudado a entender qué puede estar pasando si estás viviendo una situación de maltrato psicológico en la pareja y te empuje a moverte para cambiar la situación.