Buscar ayuda no es fácil. Y cuando por fin te decides, te encuentras con un montón de nombres, métodos y enfoques que no siempre entiendes del todo.
Uno de los más conocidos es la terapia cognitivo-conductual. Pero no es la única forma de acompañar el sufrimiento. Yo trabajo desde otro lugar: la psicoterapia humanista.
Hoy te cuento en qué consiste la psicoterapia humanista y qué diferencias tiene con la psicoterapia más conocida, la cognitivo-conductual.
¿Qué es la psicoterapia humanista?
La psicoterapia humanista parte de algo muy sencillo: dentro de cada persona hay algo sano, algo que quiere crecer, algo que busca coherencia. Incluso en medio del caos. Incluso cuando parece que todo está roto.
A veces, lo que hemos vivido nos ha desconectado de esa parte. Nos hemos acostumbrado a funcionar, a adaptarnos, a sobrevivir. Pero eso no significa que no podamos volver a sentirnos.
En este tipo de terapia, no vengo a darte soluciones ni a decirte cómo deberías estar. Vengo a ofrecerte un espacio seguro donde puedas hablar sin tener que justificarte, sentir sin miedo a que te miren raro, y empezar a escucharte sin tanta exigencia.
Tu historia, tal como es, tiene sentido. No hay que maquillarla. Solo mirarla con más respeto.
¿En qué se diferencia de la terapia cognitivo-conductual?
Ambas buscan aliviar el malestar, pero lo hacen desde caminos distintos.
- La terapia cognitivo-conductual (TCC) trabaja desde el pensamiento: identifica patrones, modifica creencias, aplica ejercicios para cambiar conductas. Suele ser más estructurada y directiva.
- La psicoterapia humanista, en cambio, no se apoya solo en lo que piensas, sino en lo que sientes, en lo que callas, en cómo te relacionas contigo y con los demás. Se trata menos de cambiar y más de comprender. Menos de corregir y más de habitarte.
En la psicoterapia humanista lo que importa no es solo lo que haces, sino cómo lo vives, qué hay detrás y qué necesitas.
¿Cómo es una sesión desde este enfoque?
No hay deberes. No hay protocolos fijos. Lo que hay es un espacio para que puedas ser tú.
Yo no vengo a decirte lo que tienes que hacer. Estoy aquí para estar contigo mientras lo descubres. A veces con preguntas. A veces solo escuchando. Sin forzar. Sin esperar a que llegues a un lugar concreto. Porque lo importante no es llegar, sino poder estar.
Con el tiempo, empiezas a notar que ciertas cosas dentro se colocan. Que lo que antes pesaba, ahora se puede nombrar. Que hay una parte tuya que vuelve a aparecer, con más fuerza, con más calma.
¿Es para todo el mundo?
No. Y no pasa nada.
Hay personas que necesitan herramientas concretas, ejercicios y pautas. Y otras que, antes que nada, necesitan ser escuchadas de verdad. Sentirse vistas sin juicio. Respirar sin tener que rendir cuentas.
La psicoterapia humanista puede ayudarte si:
- Sientes desconexión de ti desde hace tiempo
- Te cuesta saber qué sientes o qué necesitas
- Has aprendido a funcionar por fuera, aunque por dentro te duela
- Vienes de relaciones donde no te tuvieron en cuenta
- No quieres que te digan lo que tienes que hacer, sino que te acompañen mientras encuentras tu propio camino
Si algo de esto te suena, si hay una parte de ti que está cansada de sostener tanto y que necesita parar un momento… este puede ser un buen lugar para empezar.
Estoy aquí para escucharte, para acompañarte, y para recordarte —si lo has olvidado— que lo que te pasa tiene sentido.